Diseñar es una actividad cautivadora, pero puede llegar a ser muy compleja. Involucra un gran conjunto de elementos y muy variados.
Y si a esto añadimos que (al menos por ahora) el diseño es de seres humanos hacia seres humanos y que cada uno tiene distinta forma de pensar, cultura, alfabetización visual, ideas y sentido de estética; la complejidad puede llegar a ser descomunal.
Traigo todo esto porque hay mucho escrito sobre lo que es y debe ser el diseño, mucha teoría y además todavía para algunos diseñar es algo de la “creatividad” dicho como si la musa de la inspiración se posara sobre los diseñadores para darles y guiarlos en su creación. Por lo que quiero dar mi punto de vista al respecto.
El diseño busca un propósito
Ya sea un logotipo, una ilustración, un diagrama o un signo se crea para comunicar o facilitar la comunicación con un público específico. Y eso que se comunica es el propósito.
No es hacer algo que guste o que se vea bien. Sé que eso también es importante, pero no es lo que debe preocuparte en un principio. Si el principal objetivo, que es saber qué se va a comunicar ya está definido, la parte estética se va resolviendo durante el resto del proceso de diseño.
Los tres elementos del diseño
Ahora bien, vamos a separar el diseño en tres elementos. Algo así como cuando pasas la luz blanca a través de un prisma de cristal, es la misma luz, pero separa todos los colores que la forman.
El Significado
Es decir, lo que se comunica, el mensaje. ¿Qué quieres comunicar con tu logotipo? ¿Qué mensaje dan los menús de tu restaurante? ¿Cuál es razón detrás de ese cartel? ¿Qué comunica tu página web más allá de las palabras que contiene?
La Forma
Los medios que se usan para esa generar esa comunicación. Qué colores, figuras, texturas, tamaños, tipografías, etc. transmiten lo que deseas comunicar y cómo integrarlas hacia un mismo fin.
La Función
La parte funcional del diseño, el plan de aplicación y establecer los límites. ¿Esa imagen funciona para lo que se busca? ¿Se ve bien en pantalla y en papel? ¿Se puede realizar? ¿Cuánto cuesta producirlo? ¿El público lo puede verlo correctamente?
Te preguntarás, ¿y esto cómo lo aplico a mi negocio?
Toda empresa está generando una comunicación continua hacia adentro y hacia afuera. Y la comunicación visual es la quizá la que más influye.
Un diseñador es un acompañante de la empresa en su objetivo de comunicación, tanto interna como externa.
Tu logotipo, por ejemplo, expresa un mensaje a tu público y clientes, pero también lo hace hacia tus empleados y genera un sentido de pertenencia.
Puede ser también que tu folleto informe correctamente sobre los productos y servicios, pero además de eso ¿qué comunica? ¿Denota calidad, lujo, barato, profesionalidad? Hay mensajes que no son tan obvios, pero que están ahí.
Tienes un sitio web que encamine a tus visitantes hacia lo que necesitan saber y quieren ver, ¿está generando conversiones?
Otro ejemplo es si hay señalización que indique adecuadamente cómo ubicarse dentro de las instalaciones. Veamos las dos imágenes siguientes, ambas tienen la función de señalar un lugar al que ir, se está comunicando, pero más allá de las palabras, te están contando dos historias diferentes, y sabes qué tipo de lugar es sin necesidad de leer el texto.
El diseño no puede evitar comunicar, así como la empresa tampoco puede evitarlo. Por lo tanto ¿Por qué no poner todo en armonía y buscar el diseño con un propósito, establecer el mensaje y comunicarlo apropiadamente para beneficio de todos los involucrados en la misma?
Tus comentarios y preguntas siempre son bienvenidas. Y si tu negocio necesita ayuda con su comunicación visual, puedes contactarme directamente aquí.